domingo, 11 de marzo de 2012

LA ACTITUD DE LA SOCIEDAD CIVIL

Cara a la represión de prostitutas, cabría objetar -y así se hace desde diversos ambientes- que la pasión natural del hombre, su desarrollo sexual “normal”, exige “desahogos” ocasionales. Para estos tales, la prostituta sería un fenómeno inevitable. Sin embargo, en las grandes ciudades, el desarrollo sexual se caracteriza por una hiperactividad prematura -fruto de la permisividad- que constituye una excitación puramente ficticia del instinto. El instinto desempeña en la prostituta un papel mucho menos importante de lo que se afirma, y gran parte de lo que se ha considerado como “fisiológico” es, sin duda, un mal social, atajable. Muchas de las prostitutas han llegado a ese modo de vida por una serie de circunstancias ambientales; de ahí que la prostituta pueda ser combatida eficazmente por medio de una política social que modifique aquellos factores ocasionantes (vivienda, educación, igualdad de salarios respecto al hombre, cualificación profesional, etc.) y que proteja a las jóvenes contra las solicitaciones de personas u organizaciones proxenetistas.
Pero lo importante es eliminar las causas morales; algunas tienen su raíz en aquella pretendida dualidad de las diferentes morales en materia sexual exigidas al hombre y a la mujer; es un objetivo a largo plazo que deberían proponerse los diferentes movimientos feministas. La solución no será, en ningún caso, rebajar el nivel de exigencia moral en las mujeres -como reclaman solapada o explícitamente algunos de estos movimientos-, sino más bien elevar la actitud moral en la conducta de los hombres; terminar -por parte de la autoridad pública- con el permisivismo social, promover una política de protección a la familia, elevar el nivel de educación moral y subvencionar suficientemente centros e instituciones para la reinserción social de estas mujeres.
La sociedad civil no puede reprimir todos los vicios, pero la tendencia actual es suprimir los sistemas de reglamentación de la prostituta e implantar el abolicionismo, persiguiendo la prostituta practicada con proteccióln y reclamo escandaloso.

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